Nuestra villa está situada al sur-este de la provincia de León. Tiene alrededor de unos tres mil quinientos habitantes, y una larga y rica historia vinculada al Camino de Santiago. Sus orígenes se ciernen en torno a una antigua ermita consagrada a los mártires Facundo y Primitivo.De ahí el origen etimologíco del nombre de la villa: de "San Facundus" a "Safagún" y con la sustitución de la "f" por la "h", finalmente, "Sahagún".
Sahagún fue centro de la influencia cluniacense en España, de hecho es también conocida como el "Cluny español", con jurisdicción sobre casi un centenar de monasterios, conventos e iglesias, desde el Cantábrico a Segovia. Tanto es así que en el siglo XIV llegó a tener universidad de Teología y Canónico.
La riquísima abadía cluniacense siempre fue objeto de animadversión para las gentes de la ciudad. Contra ella se rebelaron en el medievo los burgueses y la "hermandad" de campesinos, para tratar de limitar sus privilegios políticos y económicos. Los mismos vecinos colaboraron a la devastación del recinto, en los momentos de la desamortización, aunque hoy, tras despojos e incendios, aún se conservan en pie algunas ruinas. La ciudad se extiende desmadejadamente a la orilla izquierda del Cea. La rica historia de la villa facundina se refleja en un importante conjunto histórico artístico que engloba obras de diferentes periodos y estilos.
Las manifestaciones artísticas más significativas son coetáneas a los momentos de mayor apogeo del monasterio. Pocos restos son los que perviven de la majestuosa Abadía Cluniacensa exceptuando la magnífica capilla de San Mancio, aunque si se conservan algunas obras de ejemplares, reflejo arquitectónico de la rica integración cultural que se producía en el Burgo. La arquitectura mudéjar implica el maridaje de lo cristiano y lo musulmán, empleando estructuras y espacios cristianos, con la decoración geométrica musulmana. En Sahagún choca esta pureza decorativa mudéjar más propia de los monjes blancos del Císter, con la fastuosa decoración románica de la Abadía, adscrita a los monjes negros de la Orden de San Benito.
La iglesia de San Tirso, es de un tamaño pequeño, inversamente proporcional a su elegancia. La iglesia de San Tirso de Sahagún es muy importante pues se considera que fue una de las primeras iglesias románicas españolas en que se reemplaza la piedra y la escultura monumental por el ladrillo para llegar a ser lo que se ha venido en denominar Románico-Mudéjar. Parece que se inició su edificación en las primeras décadas del siglo XII en románico pétreo. De hecho, el ábside central arrancó en sillería con columnas, pero cuando sólo se habían levantado unas pocas hiladas hubo un cambio de planteamiento y se continuó con ladrillo, de modo que las columnas de piedra se continuaron como pilastras de ladrillo y el muro se decoró con dos arquerías superpuestas de medio punto.
Mayor de tamaño, menos airosa, pero de similar factura es la iglesia de San Lorenzo, del XIII. San Lorenzo se levanta dentro del antiguo recinto amurallado de la villa. Construido en la primera mitad del siglo XIII, de estilo mudéjar, realizado completamente en ladrillo. Posee planta basilical de tres naves y pilares cruciformes soportan tres pares de arcos apuntados que recogían la cubierta de madera.
Otro templo semejante, el de Santiago el Mayor, fue derribado en este mismo siglo.
Por fortuna, aun queda en pie la del convento de La Peregrina, fundado en el S.XIII, del convento de San Francisco sólo se conserva hoy en día la iglesia de Nuestra Señora la Peregrina, nombre por el que se la conoce en alusión a la venerada imagen de la virgen vestida de peregrina, obra de Luisa Roldán y llamada popularmente La Roldada.
El conjunto sufrió multitud de reformas y ampliaciones. Es una iglesia con planta de cruz latina y una sola nave de cinco tramos, crucero prominente y presbiterio absidial en la cabecera. Los arcos de medio punto peraltados del muro y las combinaciones de arco y friso de esquinillas del ábside, son elementos propios de las obras mudéjares leonesas del s.XIII.
La capilla funeraria de don Diego Gómez de Sandoval está decorada con yeserías moriscas, que permanecieron ocultas hasta el s.XX.
Otros monumentos relevantes son el Puente Canto, La Iglesia de San Juan de Sahagún (hijo y patrono de la villa facundina y de Salamanca), la Iglesia de la Trinidad, que alberga actualmente el Albergue Municipal de Peregrinos y el Auditorio Municipal, o la Ermita de la Virgen del Puente.
CELEBRACIONES y FESTEJOS.
Fiestas de San Juan de Sahagún
Más allá de otras la villa facundina celebra sus fiestas el 12 de Junio en honor al Santo e hijo de la villa San Juan de Sahagún.
Son las fiestas de la localidad seis días en los que nada falta, aunque quizá lo más característico y arraigado son sus tradicionales encierros de novillos y corridas de toros, siempre muy afamadas debido a la importancia de sus carteles. En estos días Sahagún se convierte en un animado y concurrido lugar, tanto por la variedad de sus actos como por la calidad de estos, los toros, encierros, verbenas, actuaciones de conocidos grupos e intérpretes musicales, fuegos artificiales, etc... animan los días y noches, la hospitalidad y afabilidad de sus gentes invita a acudir la villa.
Pero más que contartelo míralo en el video y ¡atretevete a resistirte a venir!
La Semana Santa
La Semana Santa de Sahagún es un acontecimiento por méritos propios declarado de interés turistico regional, pues las imágenes de la Semana Santa de Sahagún forman, en opinión de los entendidos en arte, uno de los conjuntos más importantes, a nivel artístico, de la provincia de León.
Los actos celebrados con fervor por los facundinos tienen su inicio en el Domingo anterior al de Ramos, conocido como "Domingo Tortillero", con la tradición "subasta" en la Cofradía de Jesús el Nazareno por el derecho a llevar los pasos procesionales. Procesiones, rondas poeticas, encuentros de bandas musicales de Semana Santa... son algunos de los actos habituales en estas fechas.
Quizá merece especial mención la polémica y famosa "procesión de los pasos" en la madrugada del Viernes Santo. Esta tiene lugar casi al amanecer. Momentos antes de comenzar podemos ser testigos de excepción de una tradición popular, "la Isa", consistente en que los mozos cogen en volandas a cualquier persona ajena a la villa para golpear sus pies contra las puertas tras las cuales se guardan los pasos.
Recientemente modificada, en contra de la opinión de un gran número de vecinos de la villa, la procesión transcurría por las calles de la Villa, a diferencia del acto puramente religioso de hoy, con un carácter menos seglar, con los braceros sin atuendo de cofrade alguno, entre cánticos y jolgorio, no siempre bien entendido por los menos.
La duración y dureza de estos actos obliga a la Cofradía de Jesús, depositaria de los pasos, al obsequio al final de los actos a los braceros con pan y el orujo, conocido como el "Pan de Jesús". Ofrenda cuyo origen está en un acto de caridad ya ancestral durante el cual se repartían alimentos entre los necesitados al finalizar la procesión.